Acompañar humaniza la vida: legado y testimonio de San Camilo de Lellis

Uno de los fenómenos en la sociedad actual, con efectos significativos en la salud de las personas, es la soledad, desde la perspectiva de sentirse o estar solo, excluido u abandonado. Mucho ha generado que esta situación, con sus diversas facetas, crezca cada vez más, afectando así, negativamente la calidad de vida. Esto conlleva a efectos como la inestabilidad emocional, la depresión, enfermedades físicas, rupturas en la vida personal, familiar o social. Esta realidad, fue la que inspiró a San Camilo de Lellis, un santo reformador y fundador del siglo XVI, a promover un enfoque humanizador, que define la importancia y necesidad de acompañar a toda persona en su etapa de enfermedad, ésta sin duda, encierra toda fragilidad humana. Un acompañamiento, que como él lo predicó con palabras y ejemplo, permite que, ante la soledad o cualquier crisis de confrontación o necesidad, prevalezca la presencia, como fuente de consuelo, cuidado y esperanza. 

San Camilo de Lellis, desde su experiencia como enfermo, y en medio de una realidad hospitalaria, evidencia un gran panorama de deshumanización. Además, por la fuerte indiferencia hacia los más necesitados. Notaba con nostalgia e impotencia, la falta de empatía, cercanía y compasión. Comenzó así, en este contexto histórico, a través de su labor y empeño con algunos hombres, a emprenderse un camino de reforma en la salud, expresado en el cuidado y atención integral a los enfermos. Esta reforma en humanización, pretendía que los que estuvieran alrededor de un enfermo, no pasaran de largo y fueran indiferentes ante el sufrimiento de los que padecían el dolor, más bien en detenerse, y aunque no se expresarán palabras, solo con la presencia y el acompañamiento, lograr así, dignificar y humanizar la vida. Esto, es considerado tan necesario e importante, para que toda persona tenga una mejor calidad de vida y salud integral. Al no sentirse solo u abandonado, prevalece siempre en el ser humano muchas razones para avanzar, vivir y tener esperanza. Se salvará vidas con una presencia cercana y humanizadora. 

Ante esta perspectiva, San Camilo de Lellis, nos invita en estos tiempos a ser conscientes del cuidado digno a los enfermos del cuerpo, alma y mente. Desde cualquier profesión, carisma o vocación, todos en un contexto hospitalario, familiar o social, y desde un oportuno trabajo interdisciplinario, estamos llamados a humanizar la vida. Y esto, no de manera ruidosa o extraordinaria, sino desde algo tan sencillo, que impacta a cualquier ser humano, obteniendo así, grandes beneficios para la salud integral, esto desde una mirada tierna; un apretón de manos como signo de apoyo; un estar ahí, donde se evidencie que el protagonista es el enfermo, o sencillamente desde una escucha activa, expresión de atención y cuidado humanizador.

Desde esta realidad, queda responder a este interrogante, ¿acompaño a otros en sus fragilidades o soledades?, o ¿prevalecen mis propios intereses o necesidades? Sea ésta la oportunidad, desde el legado y testimonio de San Camilo de Lellis, para reflexionar en torno a nuestro espíritu humanizador, una inspiración que trae consigo salud integral no solo en el ámbito personal, sino con gran efecto sanador en todo un contexto.  Que sea desde San Camilo de Lellis, y en medio de su fiesta cada 14 de Julio, que nos motivemos a trabajar más por la dignidad de los enfermos, desde lo que hacemos y en donde estamos, con la conciencia de nuestras propias fragilidades, y la madurez para también dejarnos acompañar. Que, en nuestro camino, la soledad se encuentre siempre con rostros de cercanía, apoyo y acompañamiento, para que se dé paso a la vida y la salud. Estamos llamados a humanizar la vida de muchos, comenzando por la nuestra. 
 

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